Ya lo había superado y en su momento no quise escribir al respecto por no echarle más sal a mi herida. Pero por accidente acabo de ver en la televisión un especial farandulero de chismes bomba y mostraban al triple papito de Ricky Martin admitiendo que es gay.
Cuando dio la noticia al mundo me sentí decepcionada. En el fondo de mi corazón guardaba la esperanza de que ese rumor de tantos años fuera infundado. Pero no… allí estaba él, diciéndole al mundo que es cierto, que le gustan los hombres y que había estado enamorado profundamente de un tipo que le hizo sentir cosas de esas maravillosas, mejor dicho... lo puso a ver estrellitas.
Juemadre!!! más decepción todavía y ya lo consideraba un asunto superado. Me siento asaltada en mi buena fe. Fueron años y años de adolescencia adorando, idolatrando a Ricky Martin, cantando sus canciones, viendo sus novelas, comprando sus afiches. No hay derecho. Pero gracias a Dios salió del closet ahora que mis hormonas están tranquilas, en mis años mozos no hubiese soportado tanta frustración.
Ahora ya no añoro a Ricky, lo he reemplazado por Marcelo Cezán.