Ahora que se discute en el Congreso Nacional un proyecto de ley para reformar el régimen de regalías, me di a la tarea de informarme más sobre como son manejados estos recursos en otros departamentos donde también gozan de estos recursos.
Fue así como encontré en una página de internet que decía “Procuraduría advierte que Casanare, Arauca y Guajira incumplen manejo de regalías” en el desarrollo de esa noticia explicaban que Casanare tiene suspendidos los giros desde 2009 porque incumplió con los porcentajes de inversión en coberturas establecidas para ese año. No obstante con los giros suspendidos la gobernación siguió contratando a pesar de que las normas vigentes se lo prohíben. Léase bien, estoy hablando del Casanare, todavía no he mencionado Montelíbano.
Es el turno de Arauca que en 2008 también incumplió con los porcentajes de inversión y señala que de 68 mil millones destinados para la salud, 2.600 de estos millones no fueron ejecutados.
Presten especial atención a lo que sucede en la Guajira. Ese departamento no cuenta con Plan Bienal de Salud y por tanto no puede invertir en infraestructura y dotación. A pesar de eso ejecutaron 9.700 millones en el Hospital de Maicao; el grueso del problema radica en que esas obras ya se habían realizado. Así que cualquier parecido con nuestra realidad local no es mera coincidencia, porque estoy por creer que estos administradores elegidos por nosotros como que todos hicieron el mismo curso porque sus actuaciones son idénticas.
En ese artículo no mencionaron a Montelíbano. Debe ser porque nuestros ingresos por regalías de níquel son ínfimos comparados con las regalías que deja el petróleo. No obstante la realidad es parecida (guardando las proporciones claro está). Ellos también tienen cinturones de miseria donde se albergan muchísimas familias persiguiendo el sueño minero o petrolero. También tienen obras en donde se despilfarraron las regalías. Por ejemplo en Arauca construyeron el ‘Velódromo Miguel Ángel Bermúdez’ que en la actualidad está siendo consumido por el barro y la maleza. Nosotros aquí tenemos el Matadero Municipal (vuelve y juega el matadero) que a fuerza de no cumplir su objeto social, está siendo utilizado como albergue para familias desplazadas al menos para no sentir que esa platica se perdió. A propósito: cuando reubiquen a estas familias en otro lugar propongo que se haga allí una “Obra Modelo” donde se le enseñe al público en general como es que nuestros dirigentes malgastaron nuestras riquezas (allí podemos exponer fotos del alcantarillado de Uré, el centro de salud de El Palmar, El Anclar, el alcantarillado del sur, los pavimentos sin alcantarillado, alcantarillados que no desaguan en ninguna parte, kits escolares costosos y muchos otros ejemplos que no voy a mencionar para no ser repetitiva)
Ejemplos hay muchos para mostrar que regalías no es igual a progreso y desarrollo. Más o menos de eso es que se pega el gobierno nacional para reformar la Ley de Regalías. No creo que esta sea la solución más salomónica porque estos municipios tienen problemas coyunturales que en gran parte son originados por el hecho de ser pueblos mineros. Lo que en realidad se necesita son organismos de control más eficientes que metan en cintura a quienes dilapidan nuestros recursos, pero esto es un círculo vicioso tan grande, un negocio de excelentes ganancias para todas las partes que no creo que se desmonte de la noche a la mañana.
Y mientras tantos los habitantes de estos pueblos seguiremos careciendo de coberturas máximas en educación, agua potable, salud y saneamiento básico. ¿Y los que han ostentado el poder? Felices de la moña ufanándose de sus administraciones de lujo que nos han sumido en esta pobreza generalizada y con pretensiones de volver al poder, ya sea ellos mismos o en cuerpo ajeno.
Para meditar: da tristeza y vergüenza ajena ver calles de nuestro municipio que son intransitables a pesar de que están ubicadas en barrios que tienen más de veinte años. Eso es inaudito.