El viernes pasado el mundo entero no durmió (hipérbole) siguiendo la noticia del matrimonio del Príncipe William y Kate Yonosequé. La ceremonia fue el viernes, pero toda la semana pasada en los noticieros no hicieron si no hablar de la famosa boda: que los invitados esto, que el anillo esto otro, que el vestido, la luna de miel, los regalos, la recepción, que la reina, que la abuela, que Lady Di esto, que su vestido era mas largo, que era virgen cuando se casó y otra cantidad de comparaciones odiosas que me hicieron detestar el famoso matrimonio y toda la parafernalia armada por los medios de comunicación con respecto al mismo. Siquiera se pasó, quedé mamada de tanta estupidez. Por una larga semana nuestros noticieros se olvidaron de los inundados, del Congreso, de los trinos de Uribe y de todo lo que realmente nos podría interesar a los colombianos.
El domingo amanecimos con la noticia de que el mundo tenía un nuevo santo: San Juan Pablo II, a quien el actual Papa canonizó rápidamente argumentando que hace milagros y salva vidas. Le ganó en la carrera a otros tantos cuasi santos anónimos que llevan años y siglos esperando la canonización. Pero no digo más porque si algo tengo es temor de Dios. Bendito sea el Señor.
Anoche mientras veía la tele pa ver si me dormía (la tele es más efectiva que cualquier sedante), interrumpieron la película dominguera tarde en la noche con un avance de noticias. Me puse nerviosa, siempre pienso que es un terremoto en Colombia o algo gravísimo que ocurre en el territorio nacional, cuando dice la presentadora de Caracol que han abatido a Osama Bin Laden en Afganistán. Maldita sea, eso le interesa a los gringos, a nosotros ¿que nos importa?. Pero me quedé meditando y concluí que si, que nos interesa; porque al fin y al cabo nuestro país es un vendido a los intereses de los Estados Unidos Americanos y consecuente con eso somos una pequeña colonia perdida en este subcontinente del sur. Ahora dicen que no tienen el cadáver de Bin Laden, que lo tiraron al mar, de acuerdo con la tradición musulmana. A ese cuento le falta un pedazo. Yo no me creo eso de que los gringos respeten el islam de una manera tan estricta. Queda un gran vacío en esa noticia.
Esto es lo que han informado los medios de comunicación en la última semana: no ha habido invierno, corrupción, los Nule fueron echados al olvido, Ivancito Moreno se ha salvado de mojar tinta, tan solo por darle pantalla a tres noticias que siendo francos, francos, no es que nos afecten mucho.
Y como dice mi gran amigo Ricardo Arjona: si le hemos parecido amarillistas, disculpe Usted, no hubo noticias optimistas.
Hasta pronto.