Bastante polémica ha causado mi artículo publicado en la reaparición de nuestra Revista Visión Femenina y que estratégicamente titulé: conFÁBULAndo. ¿Por qué conFÁBULAndo? Porque siempre me han gustado los juegos de palabras como un mecanismo para expresar ideas y despertar el cerebro.
Algunos amigos se han tomado la molestia de llamar para preguntarme el nombre de cada uno de los personajes. No tengo nada que decir al respecto, cada quien de acuerdo a la lectura que haga de su realidad puede reconocer a cada uno de esos animales en esa selva de fantasía, producto de mis momentos de inspiración. Y si no reconoce a nadie en especial no hay ningún problema, es sólo una fábula, una idea de las tantas mías que concebí una tarde mientras comía un helado de brownie y le comentaba a Diana D`Ruggiero que tenía ganas de escribir un artículo donde los protagonistas fueran animales que vivían no en una selva si no en un valle florido como dice en nuestro himno.
Recuerdo que ese día hice un esbozo de lo que sería mi zoológico personal y lo guardé por allí entre tantos papeles que acumulo en mi vida diaria. La idea fue pospuesta, no concebía como escribirla y se quedó allí durante muchos meses sin que le pusiera una sola letra.
Un día cualquiera y bajo la presión de tener que escribir un artículo para la reaparición de RVF me di a la tarea de darle forma al texto. Lo más importante ya estaba, tenía la idea, sólo debía plasmarla y entre noches y noches sin poder dormir fue que conFÁBULAndo vió la luz.
Se necesitó de la confluencia de muchos factores: leer en mi niñez a Esopo, el fabulista griego; leer detenidamente el Libro del Político y el Soberano (Calila y Dimna), El otoño del Patriarca (por aquello del impuesto a usar la sombra y que no sabía hacer otra cosa más que mandar), escuchar en ese justo momento la canción Y nos dieron las 10 de Joaquín Sabina (donde dice el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno), ver esa película maravillosa de ciencia ficción llamada Avatar que aportó el Árbol de la Gran Riqueza en medio de esta supuesta selva y por último: altas dosis de observación sobre lo que sucede en nuestro municipio.
Si alguno de Ustedes que leyó el artículo reflexionó al respecto y sacó sus propias conclusiones, al menos por eso, ya valió la pena el desvelo.
conFÁBULAndo, está dedidado a una persona muy especial que disfruta leerme