Anoche mientras hacía visita en la casa de mi gran amigo Marcial Medina, él me preguntaba como iba el periodismo y todo lo que estaba haciendo ahora, a lo cual le contesté que ando algo frustrada porque hay temas vetados sobre los cuales nadie se atreve a pronunciar y mucho menos yo. No quise entrar en polémica con Marcial diciéndole lo que le digo a todos: que no soy periodista.
Como soy una mujer noctambula, por lo general me quedo hasta tarde esperando El Radar en Caracol y justamente anoche mostraban a María Emma Mejía, ex ministra, formula vicepresidencial de Horacio Serpa. María Emma y yo tenemos algo en común: la profesión, ambas somos Trabajadoras Sociales pero por esos azares de la vida, ahora nos dedicamos al periodismo. Claro está que ella lo hace por las altas esferas y yo apenas empiezo a hacer mis pinitos. Y digo esto porque últimamente todas las oportunidades laborales que se me presentan están relacionadas con esta costumbre mía de escribir sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Modestia aparte, pienso que debo estar haciéndolo bien porque me han contactado de varias partes para que escriba en sus publicaciones. Pero debo admitir que en lo personal me gusta escribir en mi blog porque aquí nadie me censura, no le pregunto a nadie si esto se puede decir o no, como si ocurre en los diferentes medios donde el periodista debe escribir lo que le conviene a su casa editorial.
Consecuente con todo el trabajo que he venido haciendo desde que tengo mi blog, hoy voy a referirme a algo que vi en TeleMontelíbano. Pues bien, en la sección de Quejas ciudadanas los habitantes de la calle 1 y 2 del barrio 27 de Julio denunciaban el mal estado de esas calles (esa misma situación se repite en la mayoría de las calles de nuestro Municipio) y el Secretario de Infraestructura (antes Obras Públicas) mi gran amigo Jorge Enrique Martínez les daba un parte de tranquilidad a los habitantes de ese sector diciendo que se presentará un proyecto para hacer cunetas, bateas y relleno de esas calles. Lo que me ofendió como ciudadana honesta, fue que estas declaraciones las dio mi gran amigo parado encima de la tapa de un manjol del alcantarillado de ese barrio. Esta mañana me fui temprano a su oficina a pedirle una explicación del porque de bateas y cunetas y me encontré con la gran sorpresa que desde hoy ya el no está a cargo de esa Secretaría, porque nos invadieron los funcionarios monterianos (pero ese es otro cuento).
Como no encontré a Jorge Enrique, me fui donde un ingeniero Sanitario amigo mío y le pedí su orientación respecto a las cunetas y bateas, a lo cual mi amigo dice que Montelíbano no necesita alcantarillado pluvial y que existiendo alcantarillado sanitario las cunetas y bateas sobran. Además me dijo que Montelíbano es uno de los poquísimos municipios donde todavía persiste esa costumbre de hacer cunetas, porque eso ya no se usa y mucho menos en sectores donde hay alcantarillado.
Ahora bien, dirán los habitantes de estas calles que ese alcantarillado no funciona, lo cual me cuestiona mucho más. ¿Para que se invierte tanto dinero en un alcantarillado que no se planea completamente? Porque según me explicaron en alguna ocasión esa obra se hizo completa, sólo que la parte complementaria (la que lleva todos los desechos a las lagunas de oxidación) no se hizo. De que nos sirve un alcantarillado que no cumple su función? ¿Cuánto le costó al municipio esa obra que fue construida en la pasada administración?
Montelíbano ya no quiere más cunetas. Necesitamos un ALCANTARILLADO óptimo y calles en buen estado. También queremos educación, salud, agua potable, empleo, vivienda, seguridad… Queremos TODO, porque hay plata para eso y mucho más. Ya es hora de que nuestros recursos no vayan a los bolsillos de quienes siempre han dirigido nuestro destino y que por sus malas decisiones hoy nos tienen ad portas de la ley 550, lo cual demuestra que nos han administrado mal.