Creo en Dios. No voy a misa (excepto las de los funerales). Antes oraba, pero como no llegaba lo pedido entonces desistí de esa práctica. Creo en Dios. No me doy golpes de pecho diciendo que soy la mujer más espiritual del mundo, no hago obras de caridad y procuro hacerle el día más amable a quienes se topan conmigo. A veces hago cosas que muchos considerarían malas (le ponen picante a mi vida), pero me considero una mujer que no siembra desarmonía ni tristeza a su paso.
Era necesaria esa aclaración para exponer lo que viene a continuación. Desde que ando metida en este cuento de la política he podido observar que todos los candidatos se encomiendan a Dios y lo ponen por testigo de que tienen buenas intenciones. Por ejemplo: en las reuniones políticas de Edinson Rangel se oraba al iniciar, igual en las reuniones de Gabriel Calle y Juan Carlos Marchena. Tengo entendido que a Rangel le vaticinaron su triunfo, pero yo entro a rebatir ese argumento, porque a Calle también se lo vaticinaron y en su momento a Juan Carlos Díaz también y ninguno ganó la alcaldía en las dos veces que aspiraron. Esas son estrategias que usan algunas personas para sacar provecho; lógico que alguno ganará y entonces el prestidigitador quedará bien con el triunfador. Es un juego de niños, pero todos hemos caído en esa trampa.
Yo en lo personal no estoy de acuerdo que se ore en las reuniones políticas, esos espacios son para debatir asuntos del mundo y aunque se necesita a Dios para que dirija todas nuestras actividades, no me gusta meterlo en esos asuntos. Creo que Dios no se mete ni en política ni en fútbol, porque si fuera así Montelíbano no hubiese tenido esta racha de alcaldes tan malos que dilapidan nuestra riqueza y nos empobrecen cada día más, mientras se la pasan con Dios en la boca.
Hace rato que quería escribir sobre religión y política. Me decidí porque vi a nuestro alcalde Edinson Rangel y a su asesor jurídico encomendarse a Dios para seguir “administrando” este municipio. Entonces me pregunto: si Edinson está orientado por Dios ¿Porqué ha cometido tal cantidad de equivocaciones? (Por no llamarlo delito que es una palabra muy fea). Esto es lo que realmente confunde.
Hoy pasé por la alcaldía municipal y han puesto un gran cartel que dice: “las armas que usamos no son las del mundo sino que son poder de Dios, capaz de destruir fortalezas”. Pero le recuerdo señor Alcalde que en la Biblia encontramos “que no todo el que dice Señor, Señor, entrará al Reino de los Cielos”. Y eso va para todos los políticos de este pueblo (TODOS) que se la pasan ofreciendo Misas de Acción de Gracias por cualquier logro político, es decir le dan las gracias a Diosito Lindo por darles la oportunidad de atracar al pueblo con su visto bueno. Habrase visto semejante despropósito. Por eso es que no estoy de acuerdo que se mezclen estos dos temas, porque es dinamita pura y no se puede manipular al pueblo con sus creencias religiosas.