A Fabián lo conocí en la tienda de John Javier. Desde el principio hubo mucha empatía entre los dos y entablamos una amistad normalita. Tenía la energía de un adolescente tardío y siempre andaba “armado” con su música, donde casualmente no tenía ni un solo vallenato. Siempre lo saludaba en Palma Caoba donde oficiaba de todero, pero principalmente como DJ. Nos agregamos al Messenger y conversábamos ocasionalmente por ese medio tan impersonal. Siempre me reclamaba el porque nunca volví al parche vespertino, tal vez porque en su ingenuidad no entendía que a veces las personas nos alejamos simplemente porque si.
El viernes fue un día trágico para todos, un día de esos históricos que jamás olvidarás. La noche empezó con tertulia, siguió con música, comida y terminó con la muerte de Fabián. Que iba borracho, que se voló la escuadra, que iba a toda… el resultado es el mismo: nuestro amigo está muerto y la chica que le acompañaba está mas allá que acá.
Hoy me he conectado al MSN y Fabián aparece “Desconectado”. Ya nunca más lo veré en línea, ni en las discotecas, corralejas, ni en su calle del Barrio San Luis. Ya nunca más compartiremos partidas de ajedrez, ni música Cross Over, sólo porque nuestro amigo se fue mucho antes de lo esperado.
Fabián: todo tu combo, tu parche, tus amigos de barrio, jamás te olvidaremos y siempre te recordaremos como ese muchacho al que nunca vimos enojado. Y como dice la canción: no es una despedida, es solo un hasta luego.