Tuve la oportunidad de ver de cerca el nacimiento del barrio más grande de Montelíbano: Villa Clemen, que fue adjudicado en el último año del gobierno de Moisés Náder Restrepo. Me imagino que ese fue un compromiso suyo con muchas familias vulnerables de este pueblo que vieron en esos lotes la solución a su problema de vivienda. Desde un principio no me gustó ese terreno, esas torres se veían amenazantes y me contaban los que sabían que por allí pasan redes de gas. Pero en si lo que no me gustaba (y nunca me ha gustado) es que a las personas se les entregara un pedazo de tierra y ya. Un solar sin servicios públicos multiplicado por 1500, con muchas familias sin dinero para construir, es una verdadera bomba de tiempo. Y lo comprobé cuando empecé a visitar casa por casa cuando apenas se estaba urbanizando, lo ratifiqué cuando volví por curiosidad y hoy cuando veía la tele me dio rabia (de la buena) de ver como la gente de Villa Clemen vive en condiciones infrahumanas cuando aquí hemos tenido tantos recursos.
Mi gran amigo Iván Tapias dice que a veces soy repetitiva y lo siento, pero no puedo evitarlo. Como municipio hemos crecido al garete, pa donde le convenga al gobernante de turno. No hemos terminado de mejorar barrios como Musa Náder I y Nuevo Horizonte, cuando ya teníamos sub urbanizado todo el sector del 50. No habíamos mejorado este sector cuando nos vimos Villa Cleme encima. Barrios tan antiguos como el 27 de Julio y Cancún no saben lo que es inversión por parte del gobierno local, porque las obras que les han hecho para nada los han beneficiado y esto lo digo por el alcantarillado del 27 que a estas alturas del partido no presta un servicio óptimo.
Da vergüenza el estado de nuestras calles. En barrios como Buenaventura, La Candelaria, San Francisco, San Jorge, el 27 de Julio, El Porvenir, parece como si el tiempo se hubiese detenido. Y cuando veo eso me pregunto ¿a dónde han ido nuestras regalías? ¿Por qué hemos permitido que nuestros gobernantes nos tengan en esta situación? ¿Seguiremos así?
Este artículo surgió de ver en TeleMontelíbano un especial sobre el barrio Villa Clemen. Decían los entrevistados que allá consumen agua no potable (y yo pensé: medio Montelíbano también). Decían que no tienen baños para hacer sus necesidades fisiológicas (al igual que muchas familias que no viven en Villa Clemen). Que no tienen donde botar la basura, que no tienen carné subsidiado y que pasan muy enfermos. Es lógico que pasen enfermos: viven en condiciones infrahumanas, con basuras cerca de sus casas, sin unidades sanitarias, inundándose en algunas ocasiones, alimentándose mal, así se enferma el que sea.
Ustedes habitantes de Villa Cleme necesitan una solución INTEGRAL, que contemple mejoramiento de vivienda, saneamiento básico (acueducto y alcantarillado) y mucha educación. Esto acompañado de generación de empleo.
Siendo realistas mejorar un sector tan grande y con tantas necesidades básicas insatisfechas no será fácil y tampoco se podrá hacer en poco tiempo. Pero hay que reconocer que estos tres años de Montelíbano Incluyente han sido perdidos, no solo pa Villa Clemen si no pa todo Montelíbano, si no que allá se siente más porque ese sector es el que alberga más familias vulnerables en este municipio. Aunque franco franco, los pobres estamos regaos por toas´ partes.
Al final decía el popular Frank Ramos que: en Villa Clemen no se vive… se sobrevive. Mi querido Frank, no es sólo en Villa Clemen, en todos los barrios de Montelíbano es igual. Y es vergonzoso que en la Capital Niquelera nuestra gente tenga tantos padecimientos. Por eso: VOTEN POR MI.