Borrachos hay de todas las clases: los cansones, los dormilones (con babeada incluida), los gorreros, los expertos en baile, los grilleros, etc., etc,. Definitivamente el alcohol nos hace cometer locuras que buenos y sanos no haríamos nunca. Voy a hablar únicamente de los que se les da por evocar los viejos amores cuando se emborrachan y agarran el teléfono para demostrar amor y escribiré al respecto porque yo si que soy dulce para estos especímenes.
Es temprano en la madrugada cuando suena el celular. Ring, ring, ring. El identificador dice Fulanito de Tal… ¿aló? Y por allá con una lengua embolá el tipo dice me haces falta, eres mi vida, te extraño, no sé que hacer sin ti y otra cantidad de cosas dulces que estando sobrio expresó con dificultad. Y uno entre pestañeada y pestañeada, dice ajá, ajá, ajá y ajá.
Me pregunto si el trago le reactiva a uno los sentimientos o tan solo le da valor para demostrarlos. ¿Será cierto eso de que los borrachos dicen la verdad? Me quedo aquí tirándole mente a eso, porque en caso de ser cierto existe un alguien por allí que me adora con locura y no se que hacer al respecto.