El plazo esperado por fin se llegó. El 20 de junio ya pasó y por tanto la Ley de Garantías que impedía contratar y cambiar nóminas en todos los entes públicos del país ya ha sido superada y ahora si se suenan vientos de cambio.
En Montelíbano se manejaban muchos rumores con relación a nuestro alcalde encargado y si se quedaría allí. Al parecer la respuesta es si. Y prueba de ello son los cambios que está teniendo la nómina municipal donde los antiguos secretarios de despacho al servicio del alcalde suspendido Dr. Edinson Rangel ya están siendo removidos y reemplazados por funcionarios de confianza de la casa musista. Me contaron que el Dr. Salinas es el nuevo Secretario de Salud, Jesús Gómez es el tesorero, Marlym Martínez en el Sisbén y otros que ahora no recuerdo pero que estoy segura han estado allí en ese grupo durante todo el periodo de vacas flacas que representó el gobierno de Rangel. Y como en nuestra amada capital niquelera no falta el pasquinero, apenas empezaron a darse estos cambios montaron una hojota pa despotricar de los que ahora ostentan el poder. No he leído el pasquín pero ya me lo contaron con puntos y comas y me pregunto hasta cuando se utilizará esta práctica en nuestra región.
Volviendo al tema de la alcaldía podría decirse que volvió a sus dueños legítimos, porque una vez que Rangel se torció empezaron a armarse las componendas pa tumbarlo y en ese son se demoraron dos años y medio hasta que por fin lo lograron. Y cuando digo lo de “dueños legítimos” quiero decir que al parecer en Montelíbano los únicos que pueden disponer, hacer y deshacer en la administración municipal son los musistas, porque Rangel quiso hacer lo mismo y le tumbaron la estantería. Además con Alcaldía en mano ya Montelíbano sabe (o cree saber) quien aspirará a alcalde por ese grupo político y les aseguro que será alguien de la familia, porque imposible volver a sufrir el sofoco que les hizo pasar Edinson Rangel.
Por todo lo anterior y por muchas cosas que he tenido la oportunidad de ver y vivir es que me decepciono cada día más de la política, porque esta profesión no tiene ética y si no que lo digan los que ayer eran rangelistas y hoy andan jurando bandera en el otro toldo con tal de no quedarse por fuera de la repartición de la torta y alcanzar a comerse aunque sea una migajita. Es tal cual como dice el viejo adagio: en política no existen las enemistades absolutas, ni las lealtades incondicionales. Así que cualquier cosa puede ocurrir y hasta yo puedo terminar por esos lados.
Como dato suelto voy a comentar algo que he percibido en los últimos días y es que a los rangelistas les han cambiado el nombre por el de “chinchorreros” lo cual al principio me parecía peyorativo pero que ahora lo veo como una manera de dignificar ese oficio.
No olviden que Ustedes y yo quedamos “a tono”.