Tengo 36 años, es decir que soy de la colchada de 1973. No niego ni uno solo de mis años y me pareció apropiado decirlo porque tal vez los más jóvenes no sientan nostalgia al leer esto.
Me acuerdo como era Montelíbano antes. Mi mamá me llevaba a comprar telas al Almacén San Francisco, en la Calle del Puerto. Ese almacén quedaba donde ahora está la Clínica del San Jorge. Era una calle muy bonita, llena de locales comerciales y me gustaba caminar por allí porque era la única calle que tenía pavimento. El centro me parecía que quedaba lejísimos y en esa entonces San Bernardo era el Villa Cleme de Montelíbano. Cuando yo estaba chiquita la Avenida de los Estudiantes era un caminito que llegaba hasta el Tremendo Rumbón y a uno eso le parecía tan lejos que ir por allá era motivo de paseo una tarde de domingo. El 27 de Julio no existía y San Isidro y Laureles eran unos playones coloraos donde uno se iba a aprender a montar bicicleta (bastantes suelazos me di por allá).
Crecí viendo Animalandia los domingos, el noticiero 24 Horas todos los días a las 7PM (cuando no había sección de farándula). La tele era un cajón grandote a blanco y negro donde me sentaba desde que llegaba del colegio y me paraba cuando a las 8PM sonaba el disquito: es hora ya de acostarse, vámonos a descansar, pero antes hay que lavarse y los dientes cepillar. Buenas noches, buenas noches, buenas noooooches.
El disquito era cheverongo, pero le tenía rabia porque apenas sonaba me acostaban. En estos días me quedé aterrada porque ese disquito ahora lo ponen a las 9.30 PM, porque resulta que a los niños modernos les ampliaron el horario y la canción de ahora dice así: me voy a desenchufar que mañana el mundo voy a salvar. Ya se acaba el día y no me quedan energías, he aprendido, he jugado, es hora de estar desenchufado. Me pongo mi piyama y quedo listo para la cama. Con mi sonrisa bien cepillada mis poderes los recargo con la almohada. Me voy a desenchufar porque mañana el mundo voy a salvar.
Me fui pa´trás, PLOP. Como han cambiado los tiempos. Los niños de ahora se pasan “enchufados” ya sea al televisor, internet, celular, Xbox y acostarse a las 8PM no es una opción para ellos y entonces lo que para nosotros simplemente era dormir, para ellos entraña otro significado más acorde con estos tiempos súper modernos: ellos lo llaman “recargar los poderes” y eso se hace con la almohada. Por eso es que los pelaos de ahora son tan avispados, tienen poderes y tales. Donde yo le hubiera dicho a la vieja Norma que los poderes los recargaba con la almohada me hubiera dicho: ¿Cuáles poderes? ¿Quién te dijo a ti que tu tienes poderes? ¿Salvar el mundo? ¿Tú? Y si seguía dormida después de 6AM (recargando los poderes) me echaba un totumao de agua pa que me levantara a lavar los platos. No tiene la culpa, a ella la criaron así y así me crió a mí. Pobrecita yo.
Pero resulta que los pelaos de ahora si tienen poderes. Empezando por el poder de manipular a los papás a su antojo. Mami yo quiero mi fiesta de cumpleaños con la decoración de Hanna Montana, Dora La Exploradora o Las Chicas Súperpoderosas y todos esos nuevos súper héroes que no tienen nada que ver con la Mujer Maravilla o El Capitán Centella. Y para concluir: la energía que uno reforzaba con yuca y suero, estos pelaos la recargan con Ensure, Zucaritas y por supuesto: mucha almohada. ¡Como ha cambiado todo!