Para la séptima edición de nuestra Revista Visión Femenina mandamos a hacer un tiraje de 4000 ejemplares los cuales junto con otras amigas nos dimos a la tarea de repartirlas para los barrios del sur y así darnos a conocer en ese sector de nuestro municipio.
Me da mucha vergüenza tener que admitir que desde la campaña a alcaldía, o sea año 2007, no caminaba calle por calle de esos barrios y he quedado tan impactada por lo que vi, que he sentido rabia, asco y he dicho mil veces “Jueputa” (perdón por la grosería) al ver las condiciones tan deprimentes en las que viven nuestros coterráneos. Vi cunetas que transportan las aguas negras, cuando por debajo de esas calles hay un alcantarillado que nos costó millones de millones (Barrio El 50, Inurbe y aledaños). Vi casas a punto de caerse, forradas en plástico desafiando este calor infernal, vi resignación en las caras de nuestra gente, desconfianza hacia todo lo que huela a política. Vi tanta pobreza, que me sentí millonaria con mi poquedad. Ahora viene la pregunta de siempre, la infaltable ¿por qué nuestra riqueza no se ve reflejada en nuestra calidad de vida? ¿Dónde está todo el dinero que llega a nuestro municipio? Porque algo si les digo: INVERTIDO NO ESTÁ. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que estas familias vean que su entorno realmente mejora?
Si esto lo vi en barrios que tienen alrededor de diez años de haber sido fundados, ¿qué se deja para Villa Cleme que está recién nacido?
Señores dirigentes: el sur de Montelíbano necesita ser atendido urgentemente. Dejen de lado sus peleas mezquinas y piensen en toda esa gente que vive en la miseria. Da pena decir que con tanta plata que hemos recibido, nuestro municipio tenga uno de los tugurios más grandes de toda la costa Caribe. YA BASTA. Montelíbano NO puede seguir creciendo así a la bulla de los cocos. Debemos rectificar el camino.
Me da mucha vergüenza tener que admitir que desde la campaña a alcaldía, o sea año 2007, no caminaba calle por calle de esos barrios y he quedado tan impactada por lo que vi, que he sentido rabia, asco y he dicho mil veces “Jueputa” (perdón por la grosería) al ver las condiciones tan deprimentes en las que viven nuestros coterráneos. Vi cunetas que transportan las aguas negras, cuando por debajo de esas calles hay un alcantarillado que nos costó millones de millones (Barrio El 50, Inurbe y aledaños). Vi casas a punto de caerse, forradas en plástico desafiando este calor infernal, vi resignación en las caras de nuestra gente, desconfianza hacia todo lo que huela a política. Vi tanta pobreza, que me sentí millonaria con mi poquedad. Ahora viene la pregunta de siempre, la infaltable ¿por qué nuestra riqueza no se ve reflejada en nuestra calidad de vida? ¿Dónde está todo el dinero que llega a nuestro municipio? Porque algo si les digo: INVERTIDO NO ESTÁ. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que estas familias vean que su entorno realmente mejora?
Si esto lo vi en barrios que tienen alrededor de diez años de haber sido fundados, ¿qué se deja para Villa Cleme que está recién nacido?
Señores dirigentes: el sur de Montelíbano necesita ser atendido urgentemente. Dejen de lado sus peleas mezquinas y piensen en toda esa gente que vive en la miseria. Da pena decir que con tanta plata que hemos recibido, nuestro municipio tenga uno de los tugurios más grandes de toda la costa Caribe. YA BASTA. Montelíbano NO puede seguir creciendo así a la bulla de los cocos. Debemos rectificar el camino.