Muy pocos programas televisivos captan mi atención. Me gustan por ejemplo La Ley y el Orden (en todas sus modalidades), las noticias políticamente incorrectas de Los Reencauchados, Noticiero CMI, Confidencial y cero novelas a no ser que sean brasileras. Anoche mientras organizaba algunas cosas, puse la tele en Séptimo Día y simplemente me quedé en ese canal porque si. En realidad detesto ese programa porque son amarillistas y se pasan de morbosos, pienso que no hay que hacer tanto teatro para contar una historia y anoche no fue la excepción.
Mostraron el triangulo amoroso entre un jovencito y dos noviecitas que tenía. La gordita parecía ser su gran amor, pero la flaquita se las ingenió para amargarles la fiesta y por el facebook insultaba a la otra, hasta que al mejor estilo del novelón mexicano le dijo a la gordita que estaba embarazada y ella se alejó por el bien del bebé. Insisto. Al mejor estilo de las novelas del país azteca. Prosigo: el tipo quería estar con una de ellas, pero como la otra no hacía sino joder, en un acto de desespero se tiró de lo alto de una antena y adiós luz que te guarde el cielo. Resulta que la tipa no estaba embarazada, al igual que en las novelas mexicanas.
Conclusión: los de Séptimo Día definitivamente son amarillistas. Una historia tan dolorosa no debió ser tratada así tan burdamente. Es inaudito que todavía los libretistas sigan usando la vieja historia del embarazo para destrozar relaciones. Pero, es más inaudito aún que nuestras mujeres subdesarrolladas sigan creyendo que un hijo amarra a un hombre. Abajo las novelas mexicanas.