Desde que la Dra.
Blandón salió de la gerencia del Hospital de Montelíbano, se me metió en la cabeza que ese puesto debía
ser para mí. Pero cuando organizaron la
convocatoria para proveer el cargo nadie me avisó y me quedé por fuera. Menos mal no concursé, mi escaso conocimiento no le hace frente a
toda la preparación que tiene encima el doctor William Montes quien según me
cuentan fue el ganador de la convocatoria, pero quien por no tener el aval de
los políticos de turno vio frustrada su carrera hacia la gerencia.
Ahora que el doctor Cura se ha retirado de la dirección
del Hospital (o lo retiraron?) se vuelve a dar la oportunidad de aspirar y no
debe ser tan difícil porque según las Leyes 1122 del 2007 y 1438 del 2011, para
ser gerente uno presenta un concurso que organiza determinada Universidad y me
dicen las malas lenguas que si uno tiene un billetico largo le pueden dar por
ganado el concurso y ellos mismos le buscan a uno los diplomas y cursos que
demuestren que uno de eso si sabe alguna cosita.
Después que me haya ganado el concurso, queda un
problemita pequeño por solucionar y es que debo tener el visto bueno del
alcalde municipal y ahí es donde se empieza a complicar todo. No creo que con tanto compromiso que tiene
con sus amigos y familiares quiera que yo maneje la salud de Montelíbano, aunque siendo francos: si Pablo Durán lo
gerenció sin el visto bueno del alcalde Mariano Cura, yo también puedo hacerlo
y mejor; porque soy una mujer honrada
que no aspira a comprar fincas y camionetas con la plata de la salud de mi gente
(de pronto viajar y uno que otro gustico,
pero nada en exceso).
Ahora que yo sea gerente del Hospital voy a modernizar
el servicio. Me aseguraré de que todo
el régimen subsidiado sea contratado con el Hospital y pondré el grito en el
cielo y me iré a CMI la noticia en caso de que el alcalde quiera montar su
propia IPS para quitarnos el 100% de la contratación del régimen subsidiado,
porque necesitamos harto billete para pagar la luz que es costosísima con tanto
aire acondicionado.
En mi administración no habrá corbatas, ni
recomendados, quienes trabajen en la
nómina del Hospital deben demostrar capacidades y no emplearé enfermeras que no
sepan inyectar, médicos que no sepan llenar una epicrisis, secretarias que no sepan manejar un
computador, ni “asesores” que salen de
la nada y mandan quitar placas conmemorativas porque quieren tener más poder que
la gerente que voy a ser yo.
Para darle credibilidad al discurso del alcalde en
campaña, acabaré con la cooperativa que
suministra médicos y enfermeras, para que
Cerro Matoso también acabe con la tercerización de sus empleados y para que
vean que aquí se predica y se aplica (o se predica y no
se aplica?).
Les aseguro que no tendré ninguna investigación porque mi
Cajita de Cristal será en verdad transparente y no compraré ibuprofenos a 100
para luego facturarlos a 500. Los
insumos se comprarán al precio del mercado y si alguna comisión queda por ahí
ya sabré que hacer con ella.
Como soy algo vanidosa y egocéntrica mandaré instalar
mi propia placa y organizaré un auto homenaje a la magnánima, la grandiosa Nora
Liz que evitó una nueva crisis en el Hospital Local e impidió que se uniera a
los otros siete hospitales de Córdoba que se han declarado en bancarrota.
Así que ya saben,
no les extrañe que pronto yo sea quien mande en el Hospital y si no se
dan las cosas, pues sigo con mi empleo actual rompiendo monte en las veredas de
Córdoba. Y que no sepa mi jefe que ando
buscando otro trabajo porque me da la patada donde ya sabemos y temo que me
pueda quedar sin el pan y sin el vino.