Dice el viejo adagio
popular que el que escupe pa´rriba la saliva le cae encima. Y aquí estoy yo para demostrarlo. Siempre he despotricado de El Desafío y su formato La Lucha de las regiones que este año los llevó al fin del mundo a
demostrar la supremacía de una región sobre otra. Todos los años he sido una crítica acérrima
de este programa, pero a falta de otra
cosa que ver en el exilio, me he sumado a los millones de colombianos que ven
este programa, pero soy una costeña
torcida que le hace fuerza a los amarillos.
Eso no significa que
no ame a mi Costa Caribe, sólo que los Cafeteros me parece que son más
armoniosos y que su convivencia no es tan traumática como la de los
naranjas. Esa prepotencia de Martín y
su pose de macho cavernícola que enamora
con un mazo en la mano me enerva la sangre y que luego se crea el líder del
grupo sólo porque habla duro es la gota que rebosa mi copa.
Así que me tienen desde temprano leyendo las noticias
de que los costeños hicieron trampa en El Desafío. Como nunca, hoy no he leído la revista
Semana que trae en su portada la Guerra en el Cauca, pero si he leído la minucia de como fue el engaño de
mis coterráneos en el famoso realitie.
También leí los
comentarios que hacen los visitantes y no son para nada halagüeños y siembran
más discordia entre las regiones. En
una de esas páginas donde mencionan la trampa una tipa se atrevió a escribir “muerte
a los costeñossss fuera esas ratas de mierda”.
¿Ven porque digo que ese programa nos enfrenta a los colombianos?
Ya me imagino mañana
a mucha gente en Colombia diciendo que los costeños somos tramposos, deshonestos
y otra cantidad de epítetos peyorativos que no nos dejarán muy bien parados en
el panorama nacional. Pondrán a Martín y
a Dawis al nivel del senador Merlano quien nos enseñó para que son las
relaciones públicas y el poder, dirán que Emilio Otero también es costeño al
igual que otros personajes no tan santos de nuestra idiosincrasia caribe; olvidándose
que aquí también hay gente valiosa que día a día le da duro a la tierra para
comer y que viven su propio desafío, con el pequeño detalle de que en su lucha
cotidiana no hay cámaras de televisión, ni 800 millones de pesos al finalizar
los 53 días de la competencia, porque su
lucha persiste durante toda la vida y al final tienen los bolsillos vacíos.
Me paso para el otro
canal y veo esa porquería de Protagonistas de Nuestra Tele y no entiendo porque
tiene tan alto rating. Aunque si lo
analizo con el racero de Nelson, él lo ve porque hay muchas viejas
mamacitas, esa es su única
motivación. Ver los culos de ellas
cuando se levantan. En fin, en la Casa Estudio todo era paz y amor, entonces volvieron a meter a Oscar porque
todo Edén necesita su culebra, pero en
este caso metieron fue una anaconda,
porque ese Oscar si que sabe ganarse enemistades, apenas abre la boca…
tenga… un enemigo más. Pero la Elianis
se pasó de lista, decirle “Prospecto de travesti de pueblo” fue la tapa de olla
y lo que es peor es que estos programas están ubicados en la franja prime time
y son los que educan a nuestros niños y después nos quejamos porque son homofóbicos, precoces y quieren pasar culi@ndo, pues eso es lo que hacen en la casa estudio:
chupetearse y mostrar el culo (las tipas) todo el tiempo.
PUNTO DE
INTERSECCIÓN: RCN con Andrea Serna hablando frase por frase y Caracol con una Margarita Rosa enérgica, se convidaron para dar a los colombianos
una clase de moral y mostrarnos que en
los realities también existen valores (aunque no parece). Como que ya se están dando cuenta que los
televidentes estamos despertando,
entonces se están poniendo las pilas,
pero no nos digamos mentiras,
toda esa basura de los golpes y los insultos y las trampas es lo que da
rating y mientras el rating siga alto, estos programas seguirán al aire.
Corolario: tantos
problemas en las playas de El Desafío y en la Casa Estudio no le dan tiempo a
uno para estar pendiente de la Guerra en el Cauca, de la instalación de nuevas
sesiones en el Congreso, del reencauche del uribismo, de la crisis del sector salud …