Hemos tocado fondo. Nuestras calles están intransitables, buena parte del municipio está inundado, el servicio de aseo ha empeorado, el municipio le adeuda nueve meses de salario a los empleados, la violencia se campea por aquí como Pedro por su casa, el alcantarillado deficiente, los semáforos siguen malos a pesar de que la alcaldía anunció con bombos y platillos que serían arreglados.
Cada día se ve más desorden y caos en este municipio. Circular en las horas pico es bastante complicado, impera la Ley del más fuerte, es decir que tracto mula y bus le gana a carro, carro a moto, moto a bicicleta y bicicleta a peatón.
1, 2, 3 y mi ñapa. 1: Aquí hay alcalde, pero no “administración”. 2: Con el cuento de que no hay regalías y que estamos quebrados no se hace nada. 3: Gran parte de los secretarios de despacho no son de aquí y consecuente con eso desconocen nuestra problemática. Y mi ñapa: tienen el descaro de poner candidato a la alcaldía.
Ahora que estamos en campaña para alcaldía y concejo, ya se escuchan las “propuestas” de algunos aspirantes. Un concejal en ejercicio ha vuelto a reencauchar su famoso programa de vivienda, con el cual ha incautado a sus electores durante todas las campañas. Que vergüenza aprovecharse de la necesidad de las familias por una vivienda para darles a cambio un lote en el próximo tugurio de Montelíbano. Que vergüenza tener que trastear votos a cambio de la ilusión de una vivienda en este municipio. No hay derecho a jugar así con la pobreza de la gente y que además queden “marcados” para siempre con el hierro del político en cuestión que exige (y exigirá) en cada elección el voto por el “favor” de ponerlos a vivir mal.
Es cierto que la vivienda, al igual que el empleo; es una necesidad creciente en el mundo entero, porque día a día se van conformando nuevos núcleos familiares que necesitan su propio espacio y hay más personas que necesitan producir ingresos. Pero la forma como aquí se ha intentado solucionar esta problemática ha agravado más la situación socio económica de estas familias y la del municipio en general, porque aquellas que logran hacerse a un solar enfrentan problemas como ausencia de acueducto y alcantarillado, no tener dinero para construir, focos de enfermedades en el sector y otros que van surgiendo en la dinámica cotidiana.
Eso se tiene que acabar de una vez por todas. Debemos enfrentar nuestro déficit de vivienda de otra manera. El gobierno municipal deberá procurar la construcción de viviendas de interés social que sean dignas de quienes las habitan y en terrenos aptos para vivir. Hay que mirar a las personas como seres humanos integrales que demandan servicios: acueducto, alcantarillado, aseo, energía, educación, salud, empleo. En Montelíbano y en Colombia no hemos tenido en cuenta esas variables y por eso es que cuando se entregan únicamente solares a familias por debajo del nivel de pobreza, esto se transforma en deterioro habitacional, violencia, inseguridad, vulnerabilidad ante los desastres, entre otros.
No podemos permitir que estas personas lleguen a la Administración Municipal. Debemos empezar a organizar a Montelíbano y allí cada uno de nosotros tiene mucha responsabilidad. Votemos por personas que hagan propuestas serias. No a los políticos irresponsables que se igualan a los urbanizadores piratas. Por una vivienda digna: VOTEN POR MI!!!!!!!!
Coda: hay que acabar con la Ley del embudo: lo ancho pa´ ellos y lo angosto pa uno