Casualmente a principios de año escuché a un joven en la IESB decirle a otro que no aspiraría al cargo de personero porque eso costaba mucha plata. Me di la vuelta a mirar al joven y me dio tristeza que ya desde tan temprana edad él sienta que el dinero es un limitante para acceder al poder.
Ya saben que no tengo hijos, así que desconozco un poco sobre cómo funciona un colegio. Me ha contado Josana (mi hija putativa) que ellos tienen un gobierno escolar y que hacen elecciones para elegir personero y otros. Cuando le pregunté a Josana para que hacían elecciones en el colegio me contestó con mucha seguridad: para que aprendamos a elegir a nuestros representantes y no nos equivoquemos cuando seamos grandes y elijamos alcalde. Eso me contestó y su respuesta me dejó gratamente complacida. Ella aprendió la lección, tanto así que el día de las elecciones llegó indignada a su casa porque algunos niños candidatos estaban comprando votos a 500 pesos y ella tuvo la valentía de denunciar esa mala práctica. Me quedé meditando sobre esa situación en particular y concluí que estamos educando a nuestros jóvenes para el ejercicio pleno de sus derechos democráticos, pero (¿por qué siempre hay un pero?) están poniendo en práctica los mismos vicios que tenemos los mayores y entonces no se está haciendo nada.
Para la muestra un botón: existe un alguien por ahí de quien no diré el nombre para no herir susceptibilidades. Ese alguien tiene 22 años, montelibanés, hijo ejemplar, excelente estudiante de secundaria y universitario regular, camellador como nadie. En lo personal espera más de él y que gran decepción me he llevado cuando me enteré que trasteó su cédula al vecino municipio de San José de Uré, argumentando que le importa un carajo con lo que sucede aquí, porque él aspira a vivir en la gran ciudad. Así que él prefiere sacrificar el futuro de Montelíbano a cambio de 50 mil pesos que le darán el día de las elecciones, incluido el paseo desde Medellín hasta Uré.
Se supone que son nuestros jóvenes los que están llamados a cambiar la forma tradicional como se ha hecho la política en nuestro municipio, por eso es que les hago un llamado a la reflexión para que se den cuenta de la importancia que es cambiar las antiguas prácticas y escoger de manera libre y espontánea gobernantes que proyecten a Montelíbano hacia el futuro.
Así que muchachos reflexionen y VOTEN POR MI.