Hoy me he obligado a
sacar un rato para escribir. La que
termina fue una semana bastante complicada,
pero logré llegar viva y con el ánimo intacto al día de hoy.
Vuelvo a la semana
pasada. El martes 19 de marzo, día de
San José de Uré, fue el Día del
Hombre, no sabía que existía semejante
celebración, pero en mi lugar de trabajo
fue todo un acontecimiento hacerle un agasajo a nuestros compañeros que no
mueven un dedo por la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Indignación total.
20 de marzo: se
celebró en el mundo el Día de la Felicidad, porque al parecer ahora hay día
para todo. Recordé una noticia
rimbombante donde afirmaban los medios de comunicación que en Colombia vive la
gente más feliz del mundo y me dije que somos un país sin memoria donde todos
(me incluyo) nosotros estamos anestesiados.
¿Cómo se puede ser feliz en un país donde la violencia se pasea por las
calles como Pedro por su casa? ¿Cómo se
puede ser feliz en un país donde nuestros congresistas se enriquecen a expensas
del erario? Pero somos felices, los más felices
del mundo, pa más peñón (y me incluyo). Justo ese día leí en el periódico que los
fondos de pensiones tuvieron rendimiento de 16.2 millones y me dio rabia, volví a leer para confirmar la noticia y eran
16.2 bbbbbbillones y me dio más rabia todavía y me pregunté ¿cómo se puede ser
feliz con tanto veneno? Estos fondos de pensiones se quedan con nuestro dinero
y al paso que va la economía nadie alcanzará a jubilarse y esa platica la
pierde el trabajador. Pero que va, somos
felices. Los más felices del mundo.
22
de marzo: Día Internacional del Agua. ¿Qué
puedo decir al respecto? Todos los días veo como el hombre se vuelve insensible
frente al agua por la fiebre del oro y como día a día lo que antes era un gran
paisaje da paso a la devastación. Por
eso aprovecho para recordar aquella parte de la carta del Jefe Indio al
presidente de los Estados Unidos cuando dijo: “ ¿Dónde está el espeso
bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y
comienza la supervivencia....”
24 de marzo: domingo
de Ramos. Hace muchos años que no voy a
la procesión, pero he visto las noticias
nacionales (al igual que en años anteriores) que piden no comprar la palma
porque está en vías de extinción. Por
eso es que digo que las noticias en el país y el mundo son cíclicas. Ya inundaron los noticieros con las
recomendaciones para comprar pescado y en Discovery anunciaron el programa que
nunca falta: El sudario de Turín, porque al parecer ahí no envolvieron a
Cristo, aunque muchas personas afirmen
que es milagroso. En fin, las noticias
se repiten. Después de la Semana Santa
y los pormenores de lo que hace el Papa Francisco en su diario vivir, nos mostrarán los estragos de la ola invernal
en el país, se acordarán de mi.
Coda: no creo en la
nueva reforma de la salud. Primero: dudo
que pase y segundo: si logra pasar nos va a joder más que esta ley 100 que
tenemos. Pero sigamos siendo felices, Edgar les dice.