Mi enero número 38 ha llegado y como dice la canción “Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejao´ cosas muy buenas”. Aunque si miro detalladamente no me dejó una chiva, ni una burra negra, una yegua blanca y mucho menos una (buena) suegra, ni una curul en el Honorable Concejo Municipal, pero “me dejó cosas buenas, cosas muy bonitas”.
2012 trae consigo 366 nuevos días para los cuales tengo algunos propósitos: Compartir mí tiempo sólo con personas que me estiman, hacer dieta de manera juiciosa, hacer ejercicio regularmente, [en el ciberespacio] navegar menos y dedicar ese tiempo a leer más. Voy cuidar el medio ambiente, a indignarme con lo que no me gusta, transmitiré mi conocimiento, contribuiré para que Montelíbano sea un municipio mejor. Me prometo terminar por fin un libro en el que llevo muchos años, prestaré más atención a los pequeños detalles y escribiré más historias de gente anónima que también es grande.
Este año me voy a reconciliar conmigo misma y voy a perdonar todos mis errores, cultivaré mi espiritualidad, seré luz y armonía para quienes me rodean, aunque prometo seguir tan irreverente como hasta ahora. Tal vez me decida a montar un monólogo y presentarme en Los Comediantes de la Noche, porque ya saben que tengo alma de bufón.
Para el 2012 planeo muchas cosas: como seguir escribiendo en mi blog, tener mi propia columna en un periódico local, vender mis acciones en RVF o en su defecto sacarla del oscurantismo y convertirme en su directora, hacer la nota política en TeleMontelíbano y Cable Mundo, pero sobre todo, en este 2012 voy a ser feliz.
Así que quedamos a tono.