Tengo que admitir que la quemazón sufrida por mi aspiración al Concejo Municipal, me dejó un tanto apagada (debió ser por tanta agua que me echaron).
Ya me lo había pronosticado el Char Marín en su acertadísima lectura de mis astros: que si no conseguía una fuerte cantidad de dinero no iba a lograr mi objetivo porque la gente no come cuento, come es con plata (palabras textuales suyas). Pero yo quería hacer el ensayo y seguí adelante repartiendo plata de mentiras. Trescientos millones de puntos me gasté y que va, con eso sólo alcancé a “comprar” 172 votos que fue el resultado total. Quedé satisfecha. Hay 172 personas en Montelíbano que están convencidos que se puede hacer política de otra forma, aunque uno no llegue a ninguna parte. Pero ahí están sentadas las bases para un futuro, para que alguien recoja mis banderas, porque lo que soy yo no me vuelvo a meter en una vaca loca de esas. Quedó comprobado que yo no tengo sangre pa la gente, ni la gente tiene sangre pa mi.
Pero esta quemazón no fue en vano. De todo esto aprendí que si Usted como candidato no paga la luz de sus electores, si no paga el agua de sus votantes, si no los engaña con un formulario pa darles una casa, si no les da un mercado cada quince días, si no les da pasajes pa ir a Montería, si no les da 1000 barras diarios pa la moto taxi, si no regala cinc y sobre todo CEMENTO, si no le tiene sueldo a sus líderes, si no compra votos a 50 mil en la última semana y a 20 mil el último día, lo más probable es se queme, como me sucedió a mí.
Quiero felicitar a los nuevos miembros del Concejo Municipal. Su triunfo también es mi triunfo, porque siempre promoví que se debía renovar esa Corporación y lo logramos. Por favor: tomen buenas decisiones pa Montelíbano (a pesar que hayan tenido que comprarles el voto).
Por ahora me retiro de la redacción política. Voy a darle chance al alcalde electo pa ver que hace. Mientras tanto voy a dedicarme a la farándula y a la escritura banal, porque me he dado cuenta de que la trivialidad vende más y porque necesito recuperarme de las quemaduras.
Así que quedamos “a tono”.