Hola a todos. Esta locura me resultó despues que anoche me cagaba de la risa leyendo un blog que me recomendaron. Aquí pienso escribir de manera respetuosa todo lo que se me ocurra y espero que mis amigos visiten esta página y se identifiquen con lo que aquí lean.
No crean que voy a hablar sólo de política, se tratarán otros temas que también nos interesan a las mujeres y a Montelíbano en general.
Para la inauguración voy a hablar de tetas, senos, pechos. Tantas palabras bonitas para decirle a esta parte del cuerpo porque simplemente les parece vulgar y de quinta, de nacas (como dicen las noveleras), decir TETAS. Pero si eso son, son carne colgante (exceptuando las postizas) que desde siempre oímos que les decían tetas. Yo vi dormir a mis hermanos mientras mi mamá les cantaba: palmita, palmita con manteca, su papá le da chancleta y su mamá le da la teta. Y ahora venimos con refinamientos. Bueno, lo de las tetas lo menciono a proposito de que sin tetas no hay paraiso nos enseñaron en caracol. Pero es que hay mujeres como mi amiga Diana para quien las tetas no son un paraiso si no un hijueputa infierno. Es que ser talla 50 en tetas debe ser una pesadilla, eso apenas se le ve bonito a la mona de Pamela Anderson y sin embargo ella también como que sufre de la espalda, pero entre gustos no hay disgustos. Como les decía, a Diana se le acaba la pesadilla mañana, la meten a un quirofano, cortesía de Saludcoop que por primera vez desde que existen se han condolido de un paciente estrato cero y no le cobrarán copago. Mañana a esta hora ya Diana debe pesar 20 kilos menos que le quitarán de su paraiso-infierno. Y tantas viejas por ahí queriendo unos melones para reemplazar sus limoncitos. Que vaina, quien entiende este mundo? Mientras tanto recuerde las tetas grandes o pequeñas siempre serán tetas (y siempre querrán mirar pal suelo).
No crean que voy a hablar sólo de política, se tratarán otros temas que también nos interesan a las mujeres y a Montelíbano en general.
Para la inauguración voy a hablar de tetas, senos, pechos. Tantas palabras bonitas para decirle a esta parte del cuerpo porque simplemente les parece vulgar y de quinta, de nacas (como dicen las noveleras), decir TETAS. Pero si eso son, son carne colgante (exceptuando las postizas) que desde siempre oímos que les decían tetas. Yo vi dormir a mis hermanos mientras mi mamá les cantaba: palmita, palmita con manteca, su papá le da chancleta y su mamá le da la teta. Y ahora venimos con refinamientos. Bueno, lo de las tetas lo menciono a proposito de que sin tetas no hay paraiso nos enseñaron en caracol. Pero es que hay mujeres como mi amiga Diana para quien las tetas no son un paraiso si no un hijueputa infierno. Es que ser talla 50 en tetas debe ser una pesadilla, eso apenas se le ve bonito a la mona de Pamela Anderson y sin embargo ella también como que sufre de la espalda, pero entre gustos no hay disgustos. Como les decía, a Diana se le acaba la pesadilla mañana, la meten a un quirofano, cortesía de Saludcoop que por primera vez desde que existen se han condolido de un paciente estrato cero y no le cobrarán copago. Mañana a esta hora ya Diana debe pesar 20 kilos menos que le quitarán de su paraiso-infierno. Y tantas viejas por ahí queriendo unos melones para reemplazar sus limoncitos. Que vaina, quien entiende este mundo? Mientras tanto recuerde las tetas grandes o pequeñas siempre serán tetas (y siempre querrán mirar pal suelo).
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