Resulta que después de tres largos años sin que funcionaran los semáforos en este municipio, por fin, la Administración Municipal logró reunir el dinero necesario para arreglarlos y es así como esta semana los Montelibaneses vemos el tráfico más controlado en los puntos donde se encuentran estos aparatos. Pero es que la fuerza de la costumbre, donde imperaba la ley del más fuerte, es difícil de olvidar y por eso muchas personas se pasan de largo, porque no se han dado cuenta que ya ese problema está solucionado. Admito que los primeros días me lo volé y hoy veía en Tele Montelíbano que se han presentado varios accidentes debido a que la gente ignora el buen funcionamiento de los semáforos. Definitivamente es que estamos tan acostumbrados a que aquí nada sirve, que ya habíamos descartado la posibilidad de que esos aparatos volvieran a ser útiles. Tenía que llegar la época electoral pa que solucionaran ese problema. Y tenía que llegar la época electoral para que todos los políticos sacaran a relucir sus programas de vivienda. Un aspirante al Concejo va a dar un barrio entero y ya se siente con la credencial en la mano porque esa fórmula mágica nunca le ha fallado (espero que esta vez si le falle).
Esta época electoral también sirve para que el gobierno departamental y nacional afloje recursos para amarrar votos. Por eso es que el proyecto ese de viviendas saludables que estaba más enredado que un bulto de anzuelos, fue viabilizado, dándole un aire a la campaña del concejal que lo promueve y que entregará las cartas de asignación la próxima semana, por supuesto con la cuñita de que voten por él, porque así es como funciona este mercado de votos.
Ya se está acercando el día D y todavía no me he ingeniado la manera de “amarrar” mis votos. No tengo solares para dar, no tengo medicamentos, tampoco tengo cinc y mucho menos cemento, efectivo tampoco y ese es el que más me han pedido. Estoy pensando en hacer unos fichitos con la promesa de entregar alguna cosita en el futuro cuando tenga la curul, pero… no me decido por ningún color pa la cartulina. ¡Que dilema!
Por favor, no permitan que me queme, voten por mí, marcando No. 9 en la ASI