Hace días que estoy tratando de escribir un artículo para mi blog. Las ideas vienen pero no cuajan. Primero se me ocurrió escribir sobre las impresiones que me causó la elección de la nueva junta directiva del Concejo Municipal, pero decidí dejar quieta a esa gente, pa no ser repetitiva y decir lo que todos sabemos: que eso se lo gana el que esté más agarrao al alcalde y ya sabemos quien es.
Después a petición de mi público intenté escribir sobre el hecho de que este año no había corralejas en Montelíbano, pero ese tampoco cuajó porque la verdad es que no soy muy amante de ese espectáculo y desde esa perspectiva no tenía sentido escribir en defensa de nuestras fiestas bravas cuando a mi personalmente ese parche no me gusta.
Quise escribir sobre meritocracia después de ver la solicitud para una convocatoria para ocupar unos cargos públicos pero mis dos últimas experiencias en ese tipo de concursos fueron desastrosas y preferí no echar veneno por aquí porque mis lectores no tienen la culpa de que este país esté tan podrido y que siempre me den en la cabeza en esos putos concursos, todo por no ser de la rosca de los que ostentan el poder. Mejor dicho que de meritocracia ni me hablen que esa vaina la verdá me da es cola y empiezo a echar culebras y sapos por esta boca.
Y en esos intentos de artículos fallidos se llegó el 11 de noviembre y carajo! Me acordé que cuando yo era pelá, aquí en este pueblo se celebraba el carnaval y al que pasaba le echaban maizena y la gente se disfrazaba y el 11 de noviembre era toda una fiesta, pero de eso ya aquí en nuestra capital niquelera no queda nada. Son tradiciones que se fueron perdiendo a medida que iban pasando los años y nos íbamos volviendo de mejor familia.
Quise darle juete al Desafío otra vez pero ya no quiero arriesgar más comentarios porque no puedo hacerme un juicio valedero debido a que no lo sigo con la misma disciplina que Colombia entera. Pero miren… ya se sabe quien se ganó el concurso ese y todavía los ingenuos lo siguen pa ver que va a pasar en cada capítulo. Y los que no se lo alcanzan a ver en la noche lo siguen por el internet.
En fin… ideas he tenido muchas, pero es que esta situación que se vive en este país le mata la inspiración al que sea. Necesito una musa (¿o un mozo?)
Después a petición de mi público intenté escribir sobre el hecho de que este año no había corralejas en Montelíbano, pero ese tampoco cuajó porque la verdad es que no soy muy amante de ese espectáculo y desde esa perspectiva no tenía sentido escribir en defensa de nuestras fiestas bravas cuando a mi personalmente ese parche no me gusta.
Quise escribir sobre meritocracia después de ver la solicitud para una convocatoria para ocupar unos cargos públicos pero mis dos últimas experiencias en ese tipo de concursos fueron desastrosas y preferí no echar veneno por aquí porque mis lectores no tienen la culpa de que este país esté tan podrido y que siempre me den en la cabeza en esos putos concursos, todo por no ser de la rosca de los que ostentan el poder. Mejor dicho que de meritocracia ni me hablen que esa vaina la verdá me da es cola y empiezo a echar culebras y sapos por esta boca.
Y en esos intentos de artículos fallidos se llegó el 11 de noviembre y carajo! Me acordé que cuando yo era pelá, aquí en este pueblo se celebraba el carnaval y al que pasaba le echaban maizena y la gente se disfrazaba y el 11 de noviembre era toda una fiesta, pero de eso ya aquí en nuestra capital niquelera no queda nada. Son tradiciones que se fueron perdiendo a medida que iban pasando los años y nos íbamos volviendo de mejor familia.
Quise darle juete al Desafío otra vez pero ya no quiero arriesgar más comentarios porque no puedo hacerme un juicio valedero debido a que no lo sigo con la misma disciplina que Colombia entera. Pero miren… ya se sabe quien se ganó el concurso ese y todavía los ingenuos lo siguen pa ver que va a pasar en cada capítulo. Y los que no se lo alcanzan a ver en la noche lo siguen por el internet.
En fin… ideas he tenido muchas, pero es que esta situación que se vive en este país le mata la inspiración al que sea. Necesito una musa (¿o un mozo?)