He adoptado el periodismo como segunda profesión, pero no me
gusta el amarillismo ya se los he dicho en muchas ocasiones y por esa simple
razón no me gusta el periódico El Propio, aunque se venda como pan
caliente. Titulares como “Fue a la
panadería y le dieron pan-pan”, me causan mucha risa pero no despiertan mayor
interés en mí. Así que si no leo sus noticias principales ¿cómo fue que di con el Char Marín? Si este
sale en la última página? La respuesta
la obtendrá en el siguiente párrafo.
Resulta que mi prima Nilsa que trabaja en un sitio donde venden
El Propio, me mostró una vez su especial interés por ese brujo macondiano al
que los lectores le escribían contándole sus penurias. Me llamó tanto la atención que siempre que
veía el periódico en cuestión leía a Char Marín sólo por diversión. Así es como fui aprendiendo su estilo y sus
posibles respuestas, hasta que un día cansada de la forma tradicional como se
hace la política en Montelíbano, decidí escribir una parodia al Char Marín
pidiendo su orientación para obtener un buen resultado en mi aspiración al
Concejo Municipal.
Les vuelvo a aclarar: la carta la escribí yo y me la respondí yo
misma, eso si, con colaboración de Diana que incluyó algunos golpes bajos para
darle más credibilidad a la respuesta del famoso brujo. Publiqué el artículo,
gustó mucho y como otros artículos, también fue colgado en mi blog donde va
punteando las visitas, junto con Las Muñecas de Montelíbano que es una alusión
al fenómeno de las prepago en este municipio.
Hasta allí todo va muy bien.
Pero… (Siempre hay un pero)… hay lectores desprevenidos que llegan hasta
mi blog persiguiendo al famoso brujo y ahora se les ha dado por pensar que Char
Marín soy yo. Es así como recibo correos de manera regular
donde me piden orientación sobre X o Y problema y aunque trato de colaborarles,
porque yo entiendo algo de la posición de los astros (Júpiter en la cuarta casa
en pleno solsticio de verano), siempre
´me “gorrean la consulta” y tengo entendido que Char Marín cobra bastante
dinero por una orientación.
Pues si, en vista de que nadie paga por mis servicios extrasensoriales, es que he
tomado la decisión de informarles a mis lectores despistados que yo NO soy Char
Marín, aunque pensándolo bien, si tiene
con que pagarme la consulta, le puedo
augurar un buen destino.
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